martes, junio 01, 2010

La Exploración del Ártico, la Rebeldía y la Esperanza Humana

Victor Ramos Muñoz

Publicado hoy martes 01 de Junio 2010 en

www.elciudadano.cl

“Por eso, aunque sea en las catacumbas, tenemos que seguir pronunciando en voz alta el nombre de la justicia y la libertad: por eso, aunque sea en las catacumbas, tenemos que seguir pronunciando en voz alta los títulos de nuestras obras preferidas. Para salvar los elefantes, los glaciares y los niños -si conseguimos salvar los elefantes, los glaciares y los niños- estas palabras y estos libros nos serán indispensables”

Santiago Alba Rico

“Un viejo proverbio dice que enseñar a pescar es mejor que dar pescado. El obispo Pedro Casaldáliga, que vive en la región amazónica, dice que sí, que eso esta muy bien, muy buena idea, pero ¿qué pasa si alguien compra el río, que era de todos, y nos prohíbe pescar? ¿O si el río se envenena y envenena a sus peces, por los desperdicios tóxicos que le echan? O sea: ¿Qué pasa si pasa lo que está pasando?”

Eduardo Galeano

“Sólo cuando se haya cortado el último árbol, sólo cuando el último río haya muerto envenenado, sólo cuando se haya pescado el último pez, sólo entonces verás que el dinero no se puede comer”

Jacques Cousteau

El Ártico se derrite, y los países que limitan con el polo norte comienzan las exploraciones bajo el frágil manto de hielo que aún queda de ese océano. “Ártico” proviene de la palabra griega “Arktos” que significa “Oso”, debido probablemente a las constelaciones de estrellas que en el cielo de ese lugar marcan presencia, como es la Osa Mayor. Así es como “Ant-Ártica” viene a ser su polo opuesto. Coincidencia es que el Ártico es tierra de osos, y la Antártica no, aunque es posible que el polo norte deba anteponer el “Ant” al igual que su polo opuesto tal como van las cosas.

¿Qué tipo de exploraciones?

Si a esta altura usted todavía piensa que desde el Capitalismo, un sistema de producción, nacido después del sistema feudal, y como consecuencia del trabajo esclavo de seres humanos africanos arrastrados a compartir la suerte y exterminio de los pueblos originarios de América, en el expolio de las riquezas de ese continente. Que permitió una acumulación de riquezas (acumulación originaria del Capital europeo) sin comparación con ninguna otra época histórica de la humanidad, permitiendo todo su desarrollo industrial, produciendo un cambio de poder político-económico-monetario desde las monarquías a las bancas privadas, mercaderes, transportistas y burgueses en general de Europa. Fundando lo que se conoce como la división internacional del trabajo, donde, como dice Galeano, unos se especializaron en perder y otros en ganar. Donde el Subdesarrollo es necesario para el Desarrollo, o al revés, como quiera usted.

Si a esta altura usted todavía piensa que desde el Libre Mercado, como sistema de comercialización donde todo, absolutamente todo lo que se encuentra dentro de él es, de hecho, mercancía; animales, plantas, seres humanos, y todos los ecosistemas habidos y por desaparecer. Países, pueblos y el planeta entero. Son sometidos a las leyes de la oferta y la demanda, a la instrumentalización de todas las relaciones, a la suplantación de la moral y la ética por el poder y la fuerza, el dinero y la cotización en bolsa. Donde la desigualdad es inherente a la lógica que precede este sistema de comercio. Donde la desigualdad es la bendición para algunos, unos pocos dueños de mucho.

Si a estas alturas usted todavía piensa que desde el Capitalismo y el Libre Mercado, los nuevos dioses de nuestro tiempo, el planeta, por pequeña que sea, tiene alguna posibilidad de sobrevivencia, permítame decir que está profundamente equivocado, está sobre un error, por lo tanto, corregible.

No soy ni somos Anticapitalistas ni Antilibremercados, no. Lo que pasa es que el Capitalismo y Libre Mercado están contra nosotros, están contra la humanidad. Yo me reconozco como Ser Humano, y por lo que tengo entendido, nosotros estábamos antes que estos sistemas de comercio y producción. Nosotros y los animales y las plantas, y los ecosistemas y el planeta. Yo estaba antes que Repsol YPF, que Shell, que Exxon Mobil. Antes de la era industrial, antes que Carlos Marx, Mijail Bakunin y Adam Smith, (considerando que los dos primeros querían la emancipación de los seres humanos y el último legitimar un modelo económico) antes que el Fútbol y que la Televisión.

Estábamos antes y tengo una historia que abarca, por decir poco, 3 millones quinientos mil años de presencia en el planeta, al menos desde que somos seres humanos, desde que nos empezamos a llamar así. No veo razón alguna por qué tendría que terminar esta historia, más que por la ambición humana. La ambición humana es el arma de destrucción masiva. La ambición humana tiene la cualidad de convencer a los demás de que su fortalecimiento y fomento es progreso, es desarrollo, es avanzar. Tiene la cualidad de despertar más ambiciones y por efecto gregario, pensar que todos, si somos ambiciosos, podemos triunfar, prosperar, surgir. Tiene la cualidad de justificar guerras, genocidios y masacres.

Las exploraciones en el Ártico, la tierra de los famosísimos productos llamados Osos Polares, que en realidad son unos compañeros más en nuestra larga historia humana y animal. Compañeros de andanzas desde antes de que fueran un producto más de este Libre Mercado, tal como nosotros, de esta linda vitrina comercial con muchas luces, muchas luces. Compañeros desde antes de que vendieran por cine y televisión la manera en que se ahogan o mueren de inanición al derretirse su ex-frío hogar. Tal como venden nuestra propia muerte de diferentes maneras por cine y televisión, compañeros en eso también, en esta hermosa vitrina comercial donde todo se vende.

Con el Libre Mercado puedes ganar dinero filmando cada una de las especies extinguiéndose, dar conferencias alrededor del mundo hablando de que el planeta, en verdad, va camino al desfiladero, y promoviendo como solución crear coches que gasten menos combustible, que los asiáticos nos llevan “ventaja”, que tienen coches mas “económicos”, etc. Suplantar cultivos para alimentar humanos y animales, por cultivos para alimentar coches e industrias automotrices. No es estupidez, es crueldad.

Las exploraciones en el Ártico buscan petróleo, diamantes y oro. Los rusos clavaron una bandera por medio de un robot en el fondo del océano Ártico para marcar presencia. Los daneses reclaman derechos territoriales, los ingleses, noruegos, canadienses, usamericanos, suecos, finlandeses también. Y los medios lo cuentan sin el más mínimo rasguño al modelo económico que ampara este colapso moral. Sin el más mínimo asomo de vergüenza y autocrítica, es la Persecución patológica de la ganancia y el poder”. Es el capitalismo del desastre.

La conciencia de lo anterior es nuestra única esperanza, la memoria colectiva, la conversación y la política como una forma de vivir la vida y no de ganar dinero a costa de la miseria de muchos. La esperanza es rebeldía…

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