sábado, junio 18, 2011

No hay mejor lugar que este. No hay mejor momento que ahora.


Túnez se rebela contra la tiranía, arrastra consigo al mundo árabe que aun no termina de cerrar un proceso que lo cuestiona todo, todo el orden establecido tan cómodamente por el poder de arriba, el poder del dinero.

El mundo mira con sorpresa estas sublevaciones, casi sin entender cómo es posible que, quienes constantemente habían sido tachados de fundamentalistas islámicos, reclamen Libertad y Derechos, Justicia e Igualdad.

En paralelo Wisconsin en USA levanta el movimiento ciudadano más grande luego de la guerra contra Irak, y el más grande en tiempos de la Globalizacion por razones que implican leyes laborales. Se observan mutuas muestras de apoyo desde la plaza alzada del Cairo en Egipto y los jóvenes acampados en el Capitolio de la ciudad. Multitudes vemos agolpándose exigiendo la restitución de sus derechos y la ida de sus gobernantes en uno y otro lado.

Islandia, bajo el silencio absoluto de los medios, y desde abajo, con dedicación, invirtió el orden de las cosas. El pueblo de Islandia se declaró en rebeldía contra un sistema económico que lo único que ha hecho, es convertir nuestras vidas en una lucha por la supervivencia. Mientras sentados sobre nosotros, gordinflones banqueros disfrutan en sus yates con fiestas multimillonarias el aumento de sus ganancias, que incluso, en tiempos de crisis, nunca dejaron de percibir. Disfrutaban en su balcón los codazos que entre nosotros nos dábamos, en la fila de los suplicantes…

Antes de Islandia y en cada uno de los pueblos de los países que hoy se declaran en rebeldía, han existido grupos humanos que con tesón y esfuerzo jamás bajaron los brazos por la idea de que Otro Mundo es Posible. Desde el corazón de la selva Lacandona en Chiapas en 1994, pasando por Seattle en el 99, Bolivia el 2000, Argentina el 2001, el mundo entero contra la Guerra de Irak 2003, los estudiantes secundarios en Chile el 2006, Grecia desde el 2010 hasta la fecha. Desde hace más de una década, jamás la OMC o el FMI, el G20 o el G8, han vuelto a reunirse en algún país sin que su presencia no implique la resistencia de miles de seres humanos indignados de este planeta.

En todos los países del globo el bipartidismo político se ha transformado en la mayor de las colusiones contra nuestras vidas. Hemos pagado durante años todo tipo de crisis, todo tipo de recortes salariales, todo tipo de reducciones en prestaciones sociales, el encarecimiento del costo de vida, crisis alimentarias, crisis sanitarias, encarecimiento de los combustibles, burbujas inmobiliarias, hipotecas imposibles, créditos basados en la usura y la estafa, el desamparo en salud y educación pública, la precarización de nuestros puestos de trabajo, la desaparición de nuestros derechos laborales, la compra de los dirigentes sindicales, la comodidad de los partidos de izquierda, el estrés de las ciudades en las que vivimos, la contaminación de nuestro planeta… Todo en las narices de una clase política que el único interés que persigue es el legitimarse frente a los dueños del planeta y así, sentirse asimilados a ellos, su marco de referencia. Ni hablar de Italia y Chile, paises atendidos por su propio dueño.

Largo ha sido el camino hasta aquí. Esos corajudos grupos humanos que han resistido con paciencia oriental, con autodisciplina, con confianza y autoorganización durante años, nos han permitido el aprender de todas las experiencias pasadas para reconstruir un tejido social que el neoliberalismo había reemplazado por el Centro Comercial. Este artículo es de reconocimiento a todas aquellas personas que alrededor de este globo, con empuje quijotesco, contra toda estadística, han sembrado la resistencia.
Hoy, como la historia de la humanidad dicta, las Plazas de nuestras ciudades se han visto más engalanadas que nunca, miles y miles de seres humanos reclaman un cambio frente a sus gobernantes. Sentimos que hoy, más que todas las experiencias anteriores de nuestro presente, estamos en mejor pie que nunca para cambiar el orden de las cosas, donde la economía se subyugue al desarrollo de las comunidades, donde las ecuaciones electorales se reemplacen por Democracia, real, tangible, esa que no termina en el axioma una persona un voto. Donde mandemos nosotros y no la mafia bipartidista global.

Quizás la mayor de las tareas, para que efectivamente se logre un triunfo sobre la actual tiranía económica, es el apoyo internacional entre los pueblos en rebeldía, es el intercambio de aprendizajes entre los pueblos, es el ahora expandir las estrategias que nos han dado buenos resultados aquí y allá. Es el aprender de los errores de ayer y de hoy juntos, para que efectivamente, y ahora sí, una globalización de humanidad, una globalización de las solidaridades se transforme en la red más firme de resistencia a la Doctrina del Shock, a la Doctrina del Miedo en las cuales hemos vivido tantos años.  
Que el #15M y el #19J  en España sea solo el inicio, que los 120.000 estudiantes de la semana anterior en Chile sea solo un aviso, que las revueltas en el mundo árabe sean solo el comienzo. Como nunca antes, en la calle, hoy estamos mejor que nunca… 









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