Túnez se rebela contra la tiranía, arrastra consigo al mundo árabe que aun no termina de cerrar un proceso que lo cuestiona todo, todo el orden establecido tan cómodamente por el poder de arriba, el poder del dinero.
El mundo mira con sorpresa estas sublevaciones, casi sin entender cómo es posible que, quienes constantemente habían sido tachados de fundamentalistas islámicos, reclamen Libertad y Derechos, Justicia e Igualdad.
En paralelo Wisconsin en USA levanta el movimiento ciudadano más grande luego de la guerra contra Irak, y el más grande en tiempos de la Globalizacion por razones que implican leyes laborales. Se observan mutuas muestras de apoyo desde la plaza alzada del Cairo en Egipto y los jóvenes acampados en el Capitolio de la ciudad. Multitudes vemos agolpándose exigiendo la restitución de sus derechos y la ida de sus gobernantes en uno y otro lado.
Islandia, bajo el silencio absoluto de los medios, y desde abajo, con dedicación, invirtió el orden de las cosas. El pueblo de Islandia se declaró en rebeldía contra un sistema económico que lo único que ha hecho, es convertir nuestras vidas en una lucha por la supervivencia. Mientras sentados sobre nosotros, gordinflones banqueros disfrutan en sus yates con fiestas multimillonarias el aumento de sus ganancias, que incluso, en tiempos de crisis, nunca dejaron de percibir. Disfrutaban en su balcón los codazos que entre nosotros nos dábamos, en la fila de los suplicantes…
Antes de Islandia y en cada uno de los pueblos de los países que hoy se declaran en rebeldía, han existido grupos humanos que con tesón y esfuerzo jamás bajaron los brazos por la idea de que Otro Mundo es Posible. Desde el corazón de la selva Lacandona en Chiapas en 1994, pasando por Seattle en el 99, Bolivia el 2000, Argentina el 2001, el mundo entero contra la Guerra de Irak 2003, los estudiantes secundarios en Chile el 2006, Grecia desde el 2010 hasta la fecha. Desde hace más de una década, jamás la OMC o el FMI, el G20 o el G8, han vuelto a reunirse en algún país sin que su presencia no implique la resistencia de miles de seres humanos indignados de este planeta.
En todos los países del globo el bipartidismo político se ha transformado en la mayor de las colusiones contra nuestras vidas. Hemos pagado durante años todo tipo de crisis, todo tipo de recortes salariales, todo tipo de reducciones en prestaciones sociales, el encarecimiento del costo de vida, crisis alimentarias, crisis sanitarias, encarecimiento de los combustibles, burbujas inmobiliarias, hipotecas imposibles, créditos basados en la usura y la estafa, el desamparo en salud y educación pública, la precarización de nuestros puestos de trabajo, la desaparición de nuestros derechos laborales, la compra de los dirigentes sindicales, la comodidad de los partidos de izquierda, el estrés de las ciudades en las que vivimos, la contaminación de nuestro planeta… Todo en las narices de una clase política que el único interés que persigue es el legitimarse frente a los dueños del planeta y así, sentirse asimilados a ellos, su marco de referencia. Ni hablar de Italia y Chile, paises atendidos por su propio dueño.
Largo ha sido el camino hasta aquí. Esos corajudos grupos humanos que han resistido con paciencia oriental, con autodisciplina, con confianza y autoorganización durante años, nos han permitido el aprender de todas las experiencias pasadas para reconstruir un tejido social que el neoliberalismo había reemplazado por el Centro Comercial. Este artículo es de reconocimiento a todas aquellas personas que alrededor de este globo, con empuje quijotesco, contra toda estadística, han sembrado la resistencia.


Que el #15M y el #19J en España sea solo el inicio, que los 120.000 estudiantes de la semana anterior en Chile sea solo un aviso, que las revueltas en el mundo árabe sean solo el comienzo. Como nunca antes, en la calle, hoy estamos mejor que nunca…
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